Espacios. Vol. 9 (1) 1988. Pg 2

De la importacin de tecnologa a la gerencia de tecnologa 1c3m70

Ignacio valos (CETEC) y Horacio Viana (IESA) 4f454p


Poltica Tecnolgica y Gerencia de Tecnologa 495o4e

En las pginas precedentes no se hace una revisin exhaustiva de la literatura disponible sobre el tema del desarrollo cientfico y tecnolgico de Amrica Latina. No se encuentran todas las ideas ni todos los autores y ni siquiera se toma en cuenta, con relacin a estos ltimos, la evolucin de sus planteamientos. Nuestra intencin ha sido, nada ms, recoger el conjunto de ideas que en relacin a solo ciertos aspectos reflejan la existencia de un pensamiento ms o menos comn. Quedan excluidos, as pues, planteamientos que no pueden tenerse como tpicos, los que no integran ese pensamiento casi “oficial” que rigi en nuestros pases durante casi treinta aos.

Sin embargo, desde finales de los setenta se generan cambios importantes que, si bien es prematuro considerarlos como integradores de un nuevo esquema dominante, estn posibilitando la aparicin de enfoques distintos que, a su vez, se estn traduciendo en nuevas polticas. Y, adems, estn abriendo campo a la Gerencia de Tecnologa. Ocurre, entonces, que el desarrollo tecnolgico no es slo problema del Estado, no es slo cuestin de contar con una buena infraestructura cientfica y con polticas pblicas adecuadas; no es slo cuestin de gestionar el ambiente dentro del que se mueve ,la empresa, sino tambin, y de manera crucial, asunto que le compete directamente a esta ltima.

Los cambios a los que hemos hecho referencia transcurren, as pues, a lo largo de las siguientes lneas.

Se registra, en primer trmino, un abandono progresivo del modelo lineal. Se va diluyendo la visin buclica, como alguna vez la aludi Sabato, que postulaba el fin del subdesarrollo tecnolgico por obra y gracia del aumento en la produccin local de ciencia. Algunas investigaciones (TRACES, 1969; Hindsight, 1969; Price y Bass, 1969; Langrish y otros, 1972; Jevons, 1972; Gibbons y Johnston, 1974), sin llegar a ser terminantes, todava, arrojan, sin embargo, serias dudas sobre el mecanicismo supuesto en las relaciones entre la actividad cientfica y la tecnolgica y, as mismo, sustentan la hiptesis de que dichas relaciones son bastante ms complejas, se suelen dar en diversas direcciones y su naturaleza depende de una gran variedad de factores que an no se conocen del todo. (**) Tmidamente al principio, con bastante ms fuerza luego, se ite la posibilidad de que la innovacin no sea muchas veces resultado del conocimiento cientfico generado en el laboratorio de investigacin, sino de un conjunto de conocimientos muy diversos, originados en distintos lugares de acuerdo a un proceso multidireccional en donde la retroalimentacin entre las diversas fases, agentes y formas de conocimiento juega un rol crucial. En suma, frente a la concepcin lineal, intenta cobrar forma una concepcin “dialctica” de la innovacin. En el seno de estas ideas an en formacin, se le permite un espacio propio a la politica tecnolgica, diferente al de la poltica cientfica, por ms que reconozcan vnculos indispensables entre una y otra. (Ver Avalos y Viana, 1984).

Esta reflexin terica, recogiendo (y reinterpretando en mucho) algunos resultados obtenidos por los estudios de transferencia de tecnologa, va a abrir nuevas pistas para el anlisis acerca de las condiciones del desarrollo cientfico y tecnolgico latinoamericano. Tomando como punto de partida la autonoma relativa del hecho tecnolgico frente al cientfico se van armando, en efecto, algunas explicaciones en torno a la naturaleza de la innovacin tecnolgica dentro de las condiciones de subdesarrollo econmico imperantes en los pases de la regin. Inicialmente resalta, en ese sentido, la posibilidad de integracin de dos procesos que, en el seno de las ideas predominantes hasta entonces, aparecan como irremediablemente separados. Se indic anteriormente que durante mucho tiempo prevaleci la idea de que los procesos de generacin de tecnologa propia y los procesos de adquisicin de tecnologa extranjera guardaban relaciones de exclusin, o sea que, necesariamente, a ms importacin, memos desarrollo propio. Un conjunto de investigaciones hechas en Latinoamrica, acogindose hasta cierto punto a una tradicin de anlisis del cambio tcnico iniciada hace diez o quince aos en Estados Unidos por Hollander, determina que ambos procesos pueden y deben ser complementarios y, yendo un poco ms lejos, que en esa complementariedad radica, en la mayor parte de los casos, la principal va de que se dispone en los pases latinoamericanos para la consolidacin de una capacidad tecnolgica endgena. Hay, pues, un sensible cambio respecto al enfoque vigente tiempo atrs, en la medida en que se establece que la compra de tecnologa exterior no es algo intrinsecamente perjudicial y que el estmulo a la investigacin nacional no es el nico medio y la mayor parte de las veces ni siquiera el estratgicamente ms importante para crear capacidad tecnolgica.

Pero, para que la compra de tecnologa fornea pueda materializarse como va para la creacin de capacidades tecnolgicas propias, es necesario que tengan lugar ciertos procesos de aprendizaje en el seno de la empresa, mediante los cuales la tecnologa fornea pueda ser asimilada por la empresa receptora. Dichos procesos se manifiestan al momento de adquirir la tecnologa (evaluacin, seleccin, negociacin, diseo y montaje de planta) y al momento de usar la tecnologa (ajustes, adaptaciones, modificaciones, mejoras, tanto del proceso de manufactura como del producto); la intensidad con que se den y los beneficios que originan dependen de la estrategia tecnolgica de la empresa (la naturaleza de sus recursos humanos, el tipo de organizacin, los recursos asignados, el tiempo previsto, etc.) Estas ideas son el fruto de una ptica de anlisis nueva que reivindica la importancia del examen “micro” del desarrollo tecnolgico, enfatizando para ello la realizacin de estudios sobre el cambio tcnico a nivel de la empresa. Esta corriente representa, sin duda, vetas enteramente distintas para la investigacin que contrastan con las macro visiones nacionales hasta entonces imperantes.

Como consecuencia de la evolucin de los planteamientos precedentes, la poltica tecnolgica, que no exista en un comienzo y que despus existe de forma muy limitada (la compra en mejores condiciones de la tecnologa extranjera defina casi todo su mbito), gana claramente en cobertura. No slo se le asigna una importancia mayor, sino que se le establecen propsitos ms amplios (en gran parte ligados al objetivo de la asimilacin de la tecnologa fornea, lo cual trae consigo una compleja gama de aspectos por resolver) y unas reas distintas que tienen que ver con los diversos actores involucrados en el proceso de innovacin. E1 laboratorio cientfico deja de ser el protagonista central, casi nico, de dicho proceso y ste empieza a ser entendido ms bien como algo que le compete a la empresa, a las firmas de ingeniera, a las firmas de consultora, a los fabricantes de maquinaria y equipo, a los proveedores de tecnologa, etc., todo lo cual significa, un cambio en el eje de gravitacin de la poltica cientfica y tecnolgica latinoamericana, cambio que desde luego tiene mucho que ver con una vinculacin mucho ms estrecha entre sta y las polticas econmicas. En la base de este planteamiento se encuentra una visin “sistmicas” de la actividad cientfica y tecnolgica (Sagasti, 1979), a travs de la cual se pretende considerarla en sus interconexiones con el resto de los sistemas sociales y una distincin entre polticas explcitas y polticas implcitas de ciencia y tecnologa (Herrera, 1974). Las primeras eran aquellas expresamente concebidas para estimular y regular el desarrollo cientfico tecnolgico, en tanto que stas eran las concebidas en funcin de otros objetivos (industriales, educativos, etc.), pero que incidan en ese desarrollo. Gana terreno la conviccin de que la suerte de la ciencia y la tecnologa latinoamericanas no solo dependen de las polticas explcitas y, en el mismo sentido, de que no basta con tomar medidas sobre la oferta (para aumentar la capacidad de generacin de conocimientos), sino que resultan imprescindibles las medidas sobre las polticas implcitas y sobre la demanda.

A partir de estas ideas se abren las puertas al tema de la Gerencia de Tecnologa. Hasta ahora los nuevos estudios se han detenido en la idea de demostrar que, contrariamente a lo que siempre se haba dicho, las empresas latinoamericanas no son entes tecnolgicamente pasivos, que se limitan a comprar y operar un paquete tecnolgico forneo, sino que en su seno tiene lugar un proceso importante de aprendizaje, como ya apuntamos. Pero hasta ahora no se le ha prestado la necesaria atencin a la forma como dicho proceso se produce, a la forma como una empresa determinada puede orientarlo, planificarlo, organizarlo, aprovecharlo, es decir, verlo como un problema de gerencia.

Referencias 4v2w1r


(**) Un breve comentario al respecto: el estudio sobre la experiencia de diversos pases desarrollados demuestra que ha habido una exaltacin del papel de la investigacin cientfica dentro del cambio tcnico. El caso japons quiz sea el ms conocido, pero uno igualmente interesante, por las mismas razones, es el que representa la Inglaterra de la Revolucin Industrial, cuyo desarrollo tecnolgico no guarda proporcin con el nivel de sus capacidades en el Plano del desarrollo cientfico para ese momento. Por contraste, en esa misma poca, Francis mostraba un elevado nivel de produccin cientfica, sin que su despegue tecnolgico ocurriera sino hasta mucho despus que el ingls.

[anterior] [Volver al inicio]

Vol. 9 (1) 1988
[Indice] [Editorial]