Andrea Pujol, Constanza Dall’Asta y Javier Navarra 3c63o
El comercio electrnico est escasamente difundido entre las firmas del . El 4% realiza compras y ventas electrnicas, mientras que un 9% adicional slo realiza compras y otro 9% slo realiza ventas. En conjunto, el 13% del realiza algn tipo de compra y/o venta electrnica, con aproximadamente un 30% de incidencia sobre el monto de compras/ventas.
En el 87% restante de las firmas -que no comercia electrnicamente- hay un conjunto de cuestiones interesantes para analizar. En primer lugar, el 65% no conoce las regulaciones existentes sobre comercio electrnico ni la operatoria del mismo, aunque el 70% conoce las posibilidades que brinda la herramienta para la accin comercial. En segundo lugar, las firmas que no comercian va electrnica esgrimen un conjunto de razones - internas y externas - para explicar esta situacin. Entre las principales se encuentran la falta de regulaciones especficas para este tipo de transaccin (100%), la falta de conocimiento sobre regulaciones y operatoria de comercio electrnico (65%), la inadecuacin de sus productos para este tipo de operatoria (48% de los casos) y la percepcin de que este tipo de operatoria resulta innecesaria para su negocio (43%), o simplemente que esta alternativa no ha sido ni siquiera evaluada (13%). Otros motivos tales como las dificultades coyunturales y el hecho de que la empresa no posea un sistema de verificacin electrnica de firmas aparecen mucho menos mencionadas (cuadro 11).
Finalmente, un tercer aspecto a analizar es la actitud respecto al futuro que tienen las firmas que no realizan comercio electrnico. La mayora de las firmas, alrededor del 70%, no estara dispuesta a utilizar esta herramienta en el futuro. El 30% restante est dispuesta en similar proporcin a comprar y a vender, preferentemente al mercado interno.
En lo referente a la percepcin que tienen las empresas acerca de la utilidad de internet en el sostenimiento de relaciones comerciales, si bien no hay una opinin homognea acerca de la eficacia de internet en la comunicacin con los clientes, el 65% percibe que es un medio adecuado para obtener informacin sobre la competencia y el 78% sostiene que disponer de una pgina web favorece el posicionamiento de la empresa, aunque, a su vez, un 61% de las empresas no utiliza Internet para realizar promociones y publicidad.
El 78% opina que el telfono es el medio ms usado para las comunicaciones con los clientes, sin embargo prefieren comunicarse personalmente con los clientes para lograr una mejor negociacin. Sin embargo, no hay homogeneidad de percepcin con respecto a que las tecnologas de comunicacin impiden el o cara a cara con los clientes, y a su vez, el 78% acuerda con que el correo electrnico facilita una mayor frecuencia de conversaciones con empresas y organizaciones del exterior.
No obstante, el 43% percibe que los vendedores de la empresa, provistos de herramientas electrnicas, dependen menos de pasar por las oficinas de la firma. No se observ ninguna tendencia con respecto a que a partir de la difusin de las nuevas herramientas electrnicas haya aumentado el trabajo que hacen los empleados tcnicos jerrquicos fuera de la empresa.
Interesa aqu desarrollar algunas conclusiones y reflexiones tanto en torno a la disponibilidad y difusin de TICs en las empresas estudiadas como a las caractersticas que adquiere su utilizacin en relacin al desarrollo de ventajas competitivas.
En relacin a la primera cuestin, se evidencian cuatro conclusiones significativas: a) la mayora de las empresas relevadas realizaron importantes inversiones en TICs en la ltima dcada, an cuando tendieron a dirigirlas a las reas istrativas y no a la produccin; b) la difusin de las tecnologas adopta el mismo comportamiento que la inversin, siendo ms visible en las reas istrativas que en las reas de produccin. As, en las reas istrativas la difusin de softwares enlatados y del correo electrnico es muy importante, no obstante la sofisticacin y complejidad del software, particularmente a nivel de la gestin gerencial, es poco significativa. En produccin, la inversin es menor, la complejidad es heterognea y el uso de las tecnologas ms sofisticadas se concentra en personal especializado; c) la diversidad de usos que se hace de las pginas web y en general de todas las tecnologas de comunicacin que pueden apoyar la gestin comercial y la vinculacin con el ambiente externo, es escasa; d) la valoracin de distintas dimensiones de las TICs que se desprende de la percepcin de los entrevistados, no se condice necesariamente con las caractersticas que adquiere el uso y difusin efectiva hallados en el relevamiento; lo que puede indicar la existencia de algunos obstculos importantes en las posibilidades de las empresas de transformar esas percepciones en decisiones que impacten en la construccin de ventajas competitivas.
En lo que respecta al segundo aspecto mencionado -la dinmica de los procesos de aprendizaje que media en la relacin de las TICs con la generacin de ventajas competitivas-, es posible sealar algunos datos que abren a la reflexin.
En primer trmino, si bien las inversiones son importantes, las modalidades de incorporacin de las tecnologas suelen ser poco planificadas y adquieren un carcter bastante informal. En este sentido, no ha sido frecuente identificar procesos de incorporacin en los que se planteara una interaccin fuerte entre la firma y los proveedores de TICs que permitiera intercambiar expectativas y conocimientos y el desarrollo de un marco que les posibilite trabajar juntos de manera coordinada.
Entendemos que un proceso de estas caractersticas no resulta sencillo. Cuando se incorporan, las tecnologas suelen acoplarse a una organizacin que opera bajo supuestos diferentes a aquellos que orientaron su diseo, o mas bien a una heterogeneidad de supuestos. Las tecnologas son delineadas para un contexto particular de desarrollo; impregnadas de ideologas de base, filosofas, concepciones del trabajo y de los s que no necesariamente se corresponden con aquellas que caracterizan al contexto productivo en el que se insertan. El desacople de expectativas entre s y productores de TICs suele deberse a la falta de mecanismos de “traduccin” de los lenguajes en los que la tecnologa fue producida con el lenguaje propio de la organizacin.
En este sentido es posible pensar que la incorporacin de TICs y su real utilizacin depende de cunto estn dispuestos a “conversar” los actores con las tecnologas. Esta conversacin puede pensarse como una dinmica en espiral en donde la apertura hacia nuevas posibilidades depende de la frecuencia de los intercambios que se establecen, y de que exista una arquitectura organizacional que los propicie.
De esta manera, en el proceso de implementacin de las TICs, se hace preciso contemplar las condiciones que posibiliten intercambios de saberes tcitos entre s, diseadores y programadores como as tambin la adquisicin de competencias a travs de la capacitacin. Considerando que esta ltima no debe limitarse al uso de las TICs sino tambin al dominio de las estrategias que posibilitan su ptimo aprovechamiento.
Finalmente, la incorporacin de TICs puede entenderse como un proceso abierto cuyo xito depende en gran medida de que la resolucin de los problemas que van surgiendo en la implantacin y el monitoreo de los resultados que va produciendo sea realizada conjuntamente por todos los actores implicados.