Espacios. Vol. 13 (1) 1992

Poltica tecnolgica y competitividad: la informacin como eje de la negociacin 5z32e

Technological policy and competitiveness. Information as the core of negotiations 65281z

Arnoldo Pirela * 3f313p


RESUMEN

En el presente trabajo se pasa revista a la situacin actual de la poltica tecnolgica de los Estados Unidos y se identifican elementos a ser tomados en consideracin para el establecimiento de un programa de desarrollo de la competitividad en Venezuela, para lo cual se detalla una agenda de discusin para elaborar un esquema concertado de poltica tecnolgica y se describe lo que pudieran ser las bases para el desarrollo de la competitividad en las empresas venezolanas

ABSTRACT

This paper studies the present situation of the technological policy of the United States and identifies the elements that have to be taken into consideration when stablishing a program for the development of competitiviness in Venezuela. There is also a detailed agenda of discussion to elaborate a coordinated scheme of technological policy and the possible bases for the development of competitiviness in the Venezuelan enterprises.

Contenido 293v5k


Introduccin 4m2c44

Uno de los debates abiertos por el proceso de ajuste estructural de la economa venezolana se centra en el preciso rol que le toca jugar al Estado en una economa abierta. Dentro de este amplio tema, la discusin sobre los asuntos de poltica tecnolgica y competitividad forman parte de una estimulante y activa controversia que toca no slo a Venezuela, sino que es punto de atraccin en todo el mundo. En ella podemos identificar posiciones tan claramente diferenciadas como capaces de presentar ejemplos de resultados exitosos. Por una parte, el enfoque de un Estado activo y promotor de mecanismos de concertacin y accin coordinada entre Estado y empresarios, cuyo exponente ms conocido es el Japn. Y por la otra, el modelo de los Estados Unidos, creador de amplias oportunidades desarrollo individual y privado y grandes metas en las fronteras del conocimiento, orientadas por las exigentes demandas de los programas de seguridad y defensa y por el hecho de poseer el mercado ms atractivo del mundo.

La controversia planteada est hoy particularmente caldeada, en tanto que encuentra en el camino desarrollos econmicos, polticos y sociales de alto dramatismo. Particularmente en los Estados Unidos, donde la recesin econmica, el dficit comercial, la deuda externa y los violentos y sangrientos acontecimientos de Los ngeles a finales de abril, han abierto compuertas a la profunda discusin acerca de la ausencia de poltica y localizacin de recursos en programas de desarrollo de la competitividad, investigacin y desarrollo, as como de infraestructura y apoyo social a las ciudades ms importantes de ese pas y a las minoras que las habitan.

En el terreno general de la teora econmica y de la historia del pensamiento econmico, estos acontecimientos y otros, tanto o ms dramticos, presentes en diversas latitudes, parecen estar marcando la declinacin o reflujo de la presente ola de Laissez Faire, de dejar libre al mercado, de rechazo a la participacin del Estado y hasta de proclamacin de la necesidad de una ausencia total de poltica pblica en muchos asuntos de importancia radical.

Obviamente, no pensamos que estas frases anteriores son la mejor descripcin de los asuntos bajo discusin en el main stream de la economa o la poltica en los pases desarrollados, como lo demostraremos en la lneas siguientes. Pero es bueno sealar que como tales son un productos ideolgico, prcticamente consignas, las cuales han tenido eco y encontraron en Venezuela, como en otros pases de Amrica Latina, voceros calificados y con poder para tomar decisiones basados en esos argumentos.

Lo que queremos, en esta introduccin, es destacar en la discusin actual, la importancia de entender el movimiento pendular de la historia en esta materia, de cmo se ha puesto o retirado el Estado de su rol en la economa y cmo el pensamiento econmico ha seguido ese mismo movimiento pendular. A lo largo de la historia, la popularidad cambiante de Fisicratas, Neoclsicos, Keynesianos y Neoliberales resume esas grandes olas del pensamiento econmico que ha pasado por corrientes claramente interventoras de los Estados a repliegue en su injerencia y vuelta a intervenir, en forma intermitente.

Hoy aparecen acontecimientos que pueden indicar un nuevo movimiento en la historia, de regreso a un mayor protagonismo del Estado y las comunidades organizadas. Esperemos que el movimiento pendular no desplace completamente el eje, como ha ocurrido tantas veces, para encontrarnos de nuevo en un plan de exagerada intervencin del Estado, de burocratizacin, favoritismo, clientelismo y completo olvido o intentos por violentar dramticamente la accin de las fuerzas del mercado. Particularmente en Amrica Latina, donde, como se ha dicho, siempre hemos llegado tarde en la aplicacin de modelos y esquemas o teoras del desarrollo, pero adems, cuando llegamos, aplicamos los esquemas con ms fuerza y decisin que nadie.

El objetivo de este artculo es, primero, presentar uno de los elementos de la fluida e interesante situacin actual de la poltica en los Estados Unidos, en particular de lo que hoy se puede llamar poltica tecnolgica. Por varias razones estos acontecimientos son importantes, como contexto de la discusin sobre poltica tecnolgica e industrial y para la definicin de bases para un programa de desarrollo de la competitividad en Venezuela. Los Estados Unidos son nuestro primer mercado, nuestro ms importante proveedor, nuestro primer acreedor, el socio principal de los organismos internacionales que regulan nuestra poltica econmica y el modelo que se ha aceptado copiar como orientacin bsica para el ajuste estructural de nuestra economa.

De nuevo llegamos tarde en la aplicacin de modelos o esquemas de desarrollo. Cuando los Estados Unidos, al igual que el resto del mundo desarrollado, hacen esfuerzos desesperados por copiar y adaptar los esquemas japoneses, en Venezuela se ha intentado reproducir en la forma ms pura posible el esquema econmico que todos consideran agotado. Ello aunque tericamente no lo est, pues nunca se ha probado verdaderamente.

Segundo, el artculo presenta una agenda de discusin, para la construccin de un esquema concertado de poltica tecnolgica en Venezuela. Y, tercero, describe esquemticamente lo que pudieran ser las bases para el desarrollo de la competitividad de nuestras empresas. Centrada sta en el desarrollo de la informacin especializada, como eje de la construccin de un espacio de negociacin entre los diversos actores sociales involucrados en este proceso.

1.- Poltica tecnolgica y ventajas competitivas o de cmo el estado tira la piedra y esconde la mano 5k5t6m

El papel de la poltica industrial y tecnolgica del Japn es ampliamente conocida, tambin lo es el rol histrico y actual del MITI, algn trabajo hemos hecho al respecto (2) (Pirela, A. 1987). Tambin se ha difundido mucha informacin acerca de los mecanismos e instrumentos que cada da descubren quienes se aventuran a incursionar el mercado japons. La diversa experiencia de Europa, por pases o en tanto que Comunidad Econmica es tambin muy amplia. Basta tan slo hacer referencia a la industria de aviones. Son bien conocidos los ejemplos del Concord, como xito tcnico y fracaso comercial, pero que dio paso al AIRBUS, el cual responde hoy por cerca del 20% del mercado mundial de aviones de pasajeros. Es interesante sealar que sobre el ltimo modelo, el A320, los Estados Unidos estn poniendo obstculos para la comercializacin en su territorio, alegando subsidios en su desarrollo por parte de los Gobiernos de la Comunidad.

En un terreno directamente concerniente con lo que deseamos demostrar en este artculo, nos interesa trabajar lo que ahora se puede llamar poltica tecnolgica de los Estados Unidos. Es decir, desde un gobierno orientado por la Reaganomics, donde Poltica Industrial, Picking Winners (seleccionar ganadores, son blasfemia, estn llegando signos de cambio: el Asesor de Asuntos Cientficos del Presidente Bus, D. Allan Bromley ha adelantado una iniciativa para que el Gobierno Federal apoye lo que l ha llamado tecnologas precompetitivas. Es decir, en sus propias palabras ... aquellas investigaciones que se hacen antes del punto en donde una empresa o compaa puede decir que esa tecnologa tiene un potencial comercial (3) (Rycroft and Kash, 1991). Como seala: La iniciativa es una pequea victoria para aquellos que reclaman un rol ms agresivo del gobierno, tal como Dr. Bromley, sobre los defensores del libre mercado (Rycroft and Kash, 1991). No obstante, es bueno sealar que acerca de la expresin tecnologas precompetitivas, muchos empresarios norteamericanos han hecho comentarios sobre lo incomprensible del trmino y acerca de lo difcil que es trazar la lnea que divide los precompetitivo de lo estrictamente comercial.

Otras propuestas han sido ms agresivas y el rango de problemas bajo discusin es muy amplio. Algunos han propuesto que los Estados Unidos debe asumir que, una vez terminada la guerra fra, los asuntos econmicos y de comercio internacional, en particular la competencia con Japn, se ha transformado en problema de seguridad nacional y deben ser tratados como asuntos de defensa. Por tanto, han propuesto la creacin de una Civilian DARPA (Defense Advanced Research Project Agency), la agencia que manej durante las ltimas tres dcadas los asuntos de tecnologa militar. Otros han adelantado la necesidad de fijar objetivos y metas tan especficas y retadoras como las que terminaron con el hombre en la luna despus de la vergenza por el sputnik. Estos ltimos sealan que: Una poltica tecnolgica requiere legislacin que establezca como la ms alta prioridad nacional la de alcanzar un surplus comercial en manufacturas, en un perodo de tiempo determinado... el postulado central de esta poltica tecnolgica es que la habilidad para innovar en tecnologas competitivas es necesaria para alcanzar el surplus comercial. (Rycroft and Kash, 1991).

Un anlisis muy amplio de estas propuestas, y lo que es ms importante, una demostracin de la larga tradicin de intervencin del Estado para estimular determinadas industrias o para favorecer especficas tecnologas, an bajo el gobierno de Reagan, se encuentra en una reciente publicacin resultado de un sobre el Rol del Gobierno en Tecnologa Civil. (National Academy of Science, 1992).

En ese documento se evala la accin del Gobierno Federal-ms adelante haremos una referencia a los gobiernos estadales- en su apoyo a la investigacin bsica y su efecto en el desarrollo de particulares industrias de punta; algunas de las formas como el Gobierno Federal se ha involucrado con inversiones ms all de la investigacin bsica: en agricultura, computadores y microelectrnica, industrias biomdicas, biotecnologa, industria de aviacin civil, combustible sinttico y otras.

Tambin se refiere el documento a algunos de los xitos alcanzados y las razones que los explican:

  1. Vnculos estrechos entre los s de la tecnologa y los proyectos de I & D con soporte federal;
  2. Inversin conjunta de Estado e Industria en la difusin de las nuevas tecnologas desarrolladas;
  3. programas de financiamiento estable y de larga duracin;
  4. Ilimitada intervencin poltica en el desarrollo operativo de cada programa;
  5. Distanciamiento de los encargados de la coordinacin de los programas por parte del gobierno tan pronto como se hacen evidentes las aplicaciones comerciales;
  6. Costos compartidos entre gobierno e industria;
  7. Evitar excesivas presiones por rpida comercializacin de los resultados.

Por otra parte, en el documento se evalan algunos programas de particular importancia, actualmente en ejecucin. Primero que todo, por su gran importancia est DARPA, establecida en 1958, donde se destaca el papel que ella ha jugado en el desarrollo de tecnologas de uso dual (civil y militar). Tambin el SBRI (programa de investigacin para la innovacin en pequeas empresas), el cual incluye financiamiento no slo para facilitar la investigacin, sino para el desarrollo y comercializacin posterior. Otro programa importante se refiere al complejo de actividades y funciones que cumple el National Institute of Standards and Technology (NIST) y el Advance Technology Program (ATP), ambos en el Ministerio o Departamento de Comercio. El primero, con funciones y cobertura ms amplia: desarrollo de standards tcnicos, tcnicas de calibracin, mtodos de control de calidad y generacin de tecnologas para seis reas: ingeniera elctrica y electrnica, ciencia y tecnologa Qumica, fsica, ciencia e ingeniera de materiales, construccin e investigaciones sobre incendios, sistemas de computacin y, finalmente, laboratorios de computacin y matemtica aplicada. El segundo, (ATP), uno de los muchos programas iniciados con el respaldo del 1988 Trade Act. Este programa financia directamente a empresas, especialmente pequeas (entre 20 a 200 trabajadores) y medianas (entre 200 y 500), en la investigacin y desarrollo de tecnologas genricas, precompetitivas y que estimulen productos, procesos y tecnologas de alto riesgo y alto potencial.

Finalmente, es bueno considerar tambin la evaluacin del papel que cumplen los laboratorios de investigacin financiados por el Gobierno Federal en el desarrollo y transferencia de tecnologas comerciales. Son aproximadamente 700 laboratorios federales con u presupuesto total para 1991 de U. S $ 20.900 millones. La mayora son pequeas unidades de investigacin, entre cinco y diez investigadores a tiempo completo, muchas de ellas localizadas en agencias federales o en universidades. Algunos son propiedad del gobierno y operado por funcionarios del Estado. Otros, no obstante se propiedad del gobierno, son operados por contratistas, normalmente universidades o empresas privadas. Estos ltimos, en particular, tienen grandes potenciales y facilidades para actuar en transferencia y comercializacin de tecnologas.

Es extensa la argumentacin en este documento acerca de la poltica tecnolgica de los Estados Unidos, como parte de una poltica industrial escondida del Gobierno Federal, incluyendo muchos aspectos que por falta de espacio no pueden ser presentados en este artculo. Otro tema no desestimable se relaciona con el papel de la poltica industrial y tecnolgica de muchos gobernadores de estado, con diversas orientaciones polticas y, ciertamente, no todos favorables a la idea de laisser faire. En esa consideracin entran, por ejemplo, los 634 millones de dlares gastados en I & D por agencias estadales en 1988 con una alta concentracin en cinco o seis estados (National Science Board, 1991).

Por otra parte, muchos otros trabajos de diverso carcter, acerca de los cuales slo aporto algunas referencias (Harshall and Branscomb, 1991), argumentan, por ejemplo, que ... tres reas industriales donde los Estados Unidos pueden mostrar un excelente <performance> -Agricultura, Aeroespacial y Farmacutica- son aquellas en donde la nacin ha contado con una especfica y elaborada poltica industrial que las respalda.

Por lo tanto, no obstante las proclamas de Reagan y Bush acerca de las virtudes del mercado y las quejas por la poltica industrial del Japn y Europa, los Estados Unidos tienen y han tenido siempre una forma de poltica industrial, escondida dentro de una accin de promocin del desarrollo cientfico y tecnolgico. El problema es que buena parte de ella, por razones histricas que no discutimos aqu, se ha hecho de una manera ineficiente, por la va del desarrollo de tecnologas de utilidad dual: militar y civil.

En definitiva, como seala Business Week en relacin con la frase proscrita por la istracin Reagan-Bush: Industrial Policy, call it what you will, the nations needs a plan to nurture growth. (Business Week, 1992).

* Profesor-investigador del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela.

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